miércoles, 2 de febrero de 2011

Pocos progresos en la eliminación de 34 toneladas de plutonio de calidad armamentística

Demasiado lento, demasiado caro y demasiado arriesgado: estas características reúne el multimillonario programa “Mixed Oxide Fuel (MOX)” que se encuentra en construcción en las proximidades del Río  Savannah y que hoy por hoy sigue siendo altamente controvertido. Esta tecnología fue elegida por los Estados Unidos en los años 90 para contribuir a la no proliferación de las armas nucleares mientras que hoy en día se propone como una solución para los futuros problemas energéticos de los Estados Unidos.

En 1996, la Comisión Científica Independiente de Estados Unidos y Rusia sobre la disposición de plutonio de calidad armamentística fue creada para proponer opciones para disminuir los riesgos de la proliferación de armas nucleares. En el marco del Tratado de reducción de armas estratégicas de 1991 (START I) firmado por los Estados Unidos y Rusia, los dos países se comprometieron a disponer 34 toneladas de plutonio excedentes de la fabricación de armas para reducir la amenaza que este material podría implicar al ser robado o apropiado por grupos terroristas.

El Profesor Nikolai N. Ponomariov-Elista quien fue miembro de esta Comisión, durante una conferencia organizada por las academias nacionales y el Instituto de paz de los Estados Unidos el 19 de enero en Washington, explicó que el informe final presentado por la Comisión en 1997 contenía una propuesta con dos enfoques:: "Utilizar el plutonio en combustible MOX para su combustión en reactores nucleares que se encuentran actualmente en funcionamiento y vitrificar  el plutonio junto con los productos de fisión para ser enterrado". Se suponía que estos dos enfoques serían utilizados  en ambos países firmantes del tratado. Al final de la década de 1990,  Estados Unidos finalmente decidió dejar de lado el proceso de vitrificación y concentrarse en el MOX. Rusia eligió, por su parte, almacenar el plutonio para su disposición final, vitrificado en las décadas posteriores. La única condición del acuerdo fue que la disposición en los dos países se lleve a cabo en paralelo.

Rusia está planeando "reciclar" el plutonio, utilizándolo en reactores rápidos de neutrones con el fin de "cerrar el ciclo de combustible". Rusia  estima que el plutonio tiene una enorme importancia estratégica”, dijo Ponomariov-Elista,. “...Lo consideramos como el futuro de nuestra energía atómica a partir de 2014." A Rusia, este enfoque le permitiría usar todo el plutonio cubierto por el acuerdo, mientras que Estados Unidos usará una parte de su plutonio como combustible MOX e inmovilizará el resto, estrategia que no está exenta de riesgos ya que el material inmovilizado podría recuperarse más fácilmente para su utilización en armas.  

La opción de generación de MOX era demasiado cara para Rusia y habría involucrado considerables costos adicionales, principalmente porque no hay suficientes reactores en el país que puedan quemar combustible MOX de plutonio. En los Estados Unidos, también esta metodología es muy onerosa y hasta el momento no se conocen reactores nucleares de uso civil que puedan utilizar el combustible.



Pero los sucesivos gobiernos de Estados Unidos han apoyado el proyecto MOX. El gigante atómico francés Areva ganó el contrato con la empresa estadounidense Shaw y está a cargo de la construcción fuera de Aiken, Carolina del Sur. Thomas D'Agostino, jefe de la National  Nuclear Security Administration (NNSA), una rama independiente del Departamento de Energía, dijo a DCBureau.org al final de la Conferencia: "todos los años pedimos una cantidad significativa de dinero para hacer la construcción de esta instalación. Está avanzando muy bien. Hemos dedicado ya un billón de dólares, y tenemos unos billones más para seguir (…) Ahora estamos finalizando la construcción y, a continuación, vamos a poner la planta en operaciones". Para  él, no es un problema que una empresa propiedad del Estado Francés ejecute un proyecto que incluya armas de guerra nucleares de Estados Unidos. "No es un proyecto militar. Es un proyecto de no proliferación de armas. Areva proporciona un know-how muy técnico porque los franceses tienen experiencia con una instalación similar que funciona bajo los mismos procesos. Así que constituye, en mi opinión, un gran ejemplo de cooperación internacional”,  dijo D'Agostino eludiendo el hecho de que Francia utiliza los mismos procesos pero con plutonio civil que es mucho menos potente que el plutonio de grado militar que se utiliza en los Estados Unidos. El administrador de la NNSA también eludió críticas que afirmaban que el programa MOX ha cambiando de su objetivo original sobre la no proliferación de armas nucleares para transformarse en una empresa subsidiada por el Gobierno. 

John Ahearne, ex Presidente de la Comisión de Reglamentación Nuclear (NRC) de los Estados Unidos y miembro de la Comisión independiente, también respaldó el proyecto MOX: "colegas rusos ponen énfasis en el uso de la energía, pero yo soy muy escéptico sobre los reactores rápidos de neutrones convirtiéndose en la salvación al problema energético. Todo el análisis que he visto indica que los reactores rápidos de neutrones son un enfoque poco rentable." Pero Thomas Cochran, desde el grupo Natural Resources Defense Council, cuestionó a  Ahearne: " ¿Por qué el Gobierno de Estados Unidos ha desestimado la propuesta de vitrificación y ha elegido el enfoque de MOX mucho más lento y más caro?!, Dijo: "quince años más tarde nos hemos vitrificado nada ni tampoco hemos transformado nada en  MOX, por lo que desde el punto de vista del plutonio hemos logrado muy poco."

Miércoles, 26 de enero de 2011

por Celia Sampol

Extraído de: http://dcbureau.org/201101261294/Natural-Resources-News-Service/little-progress-disposing-of-34-metric-tons-of-surplus-weapons-grade-plutonium.html

Traducción: Luis Castanaga

La litigiosidad aumentará pese al seguro plus de accidentes laborales

El 46% de los consultados por este diario opinó que el nuevo seguro para afrontar los juicios por accidentes en el trabajo no reducirá las demandas a empresas, sino que igualmente continuarán éstos.

Casi la mitad de los lectores de DiarioJudicial.com consideraron que la nueva cobertura complementaria a la de las Aseguradoras de Riesgo del Trabajo (ART) que propone la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) podría aumentar la litigiosidad.
Los datos surgen de una encuesta que se realizó a los lectores del diario entre la última semana. El resto de los que votaron (un 38,1 por ciento) creen que el seguro extra para riesgos de trabajo sí disminuirá la litigiosidad y dará más tranquilidad a las empresas, mientras que un 15,9 por ciento, destacan que el tope de 1 millón de pesos es insuficiente.
El tema se instaló cuando la SSN anticipó a los medios que autorizará a las ART a ofrecerles a las empresas un seguro adicional que les cubra la "responsabilidad civil" en caso de accidentes laborales.
El objetivo es que este nuevo seguro cubra los eventuales reclamos que puedan realizar los trabajadores accidentados o sus familiares (aceptados por la Justicia), por encima de las indemnizaciones vigentes por la Ley de Riesgos de Trabajo que cubren las ART. El seguro, que será adicional de responsabilidad civil de accidentes de trabajo y que tendrá un tope máximo de 1 millón de pesos por trabajador, será autorizado en los próximos días por la Superintendencia de Seguros.
La iniciativa se basa en el impacto de los juicios de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales sobre las empresas. La nueva póliza establece que la compañía aseguradora cubre: “El monto de las indemnizaciones que se acuerden o que resulten de sentencia judicial firme” del personal declarado “en razón de su responsabilidad civil por muerte o daños sufridos con motivo o en ocasión de su trabajo”.
El punto de partida es el decreto 1694/09 que reconoce que los fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación habían declarado la inconstitucionalidad de la Ley de Riesgos del Trabajo, en cuanto prohibía al trabajador recurrir a la Justicia para reclamar el resarcimiento integral por las lesiones laborales sufridas. La reglamentación facultaba a la Superintendencia de Seguros a “adoptar las medidas tendientes a la aprobación de líneas de seguro por responsabilidad civil en materia de accidentes de trabajo y enfermedades laborales”.
Fue en septiembre de 2004 cuando la Corte declaró inconstitucional, a través del fallo "Aquino", el artículo 39 de la ley 24557 de Riesgos del Trabajo, que establecía que la única vía de reclamo era a la ART, por lo que en estos momentos un trabajador accidentado puede cobrar el seguro de una aseguradora y también iniciarle un juicio civil a su empleador.
Entonces, el Máximo Tribunal había resuelto declarar por unanimidad la inconstitucionalidad de la norma que “exime a los empleadores de toda responsabilidad civil” frente a sus trabajadores y a los derechohabientes de éstos, a excepción de la derivada del articulo 1072 del Código Civil. Indicaron los jueces que el trabajador luego de percibir la indemnización del seguro, puede reclamara a su empleador lo que entiende que es una diferencia indemnizatoria respecto a lo que le hubiese correspondido por el derecho común, no implicando la renuncia de una vía si se acepta la indemnización tarifada de la otra.
Hace días, la Cámara General Empresaria (CGERA), que agrupa a pequeñas y medianas empresas, señaló que "si bien es valorable la intención de solucionar una parte del problema ante la imposibilidad de modificar la Ley de Riesgos del Trabajo, difícilmente tenga el éxito esperado, ya que las grandes empresas preferirán autoasegurarse, mientras que las pequeñas y medianas evaluarán seriamente soportar un costo laboral adicional, asumiendo el riesgo que ocurra algún siniestro que lo exceda, provocando el cierre de la empresa y, consecuentemente, los trabajadores pierdan sus empleos".
La búsqueda de soluciones comenzó cuando se sentaron a negociar los distintos sectores involucrados. La falta de acuerdo entre las cámaras empresarias y la cúpula de la CGT en torno a ese mecanismo, que habilita a los trabajadores a cobrar la indemnización del sistema y reclamar adicionalmente por vía civil un resarcimiento mayor, impidió en los últimos años acordar una reforma de la ley de ART. Mientras los empresarios, encabezados por la UIA, reclamaron una reforma que establezca la obligatoriedad de optar entre la indemnización o el juicio, los gremios mantuvieron en firme su rechazo a la eliminación del esquema del “cúmulo”, lo que impidió acordar un proyecto para reformular el sistema.
En la Argentina, hay más de 8 millones de trabajadores asegurados por las ART y 814.000 empleadores registrados. Anualmente se producen más de 600 mil accidentes, de los cuales 800 son fatales.
Por Emiliano G. Arnáez
Extraído de la edición del 28/01/2011 de Diario Judicial: